De abuela a pollita en un plis plas
De abuela a pollita en un plis plas
Todo empezó con el confinamiento. Yo tenía unas zapatillas de casa que la verdad eran muy monas, pero con ésto de no poder salir de casa, ya se lo dije a mi amiga Mariluchy: “niña, éstas no van a pasar la cuarentena”, y no me equivocaba…. no pudieron aguantar el tirón, así que muy a mi pesar tuve que comprarme otras.
Después de buscar, claro, tengamos en cuenta, que si nos vamos a pasar en casa así como 24horas seguidas, tenían que ser buenas, para que me durasen al menos, lo que quedaba de cuarentena, contando con que no nos pongan prórroga, que todo puede pasar. El caso, es que prometían ser muy cómodas, prometían ser antideslizantes y calentitas, pero cuando las vi supe que mis expectativas eran ciertas. Eran lo que prometían ser pero MUY FEAS como ya había supuesto yo.
Así que manos a la obra, puse mi mente a trabajar. Pensé en algún adorno chiquito para que no llamase la atención pero que fuera lo suficientemente cuco como para decir, ohhhh qué monada de zapatillas, ohhhh
Así que cogí unos pétalos de hexágono, de los mini de media pulgada, unos restos de telas monas, y una cosa llevó a la otra…
Y en una tarde! listas!! no me digas que no te dan ganas de hacerte unas?? Cualquiera diría, no? Si te animas a hacerte unas, me encatará que me las enseñes 🙂
Y como te prometía en las redes sociales, éstas son las chicas que han ganado una bolsa de piezas para que se hagan las suyas, y alguna otra cosita más que se me ocurra, no va a ir la cajita solita con eso, no te parece? Y las afortunadas son
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Evaaaaaaaaaaaa!
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y a todas las demás gracias mil por participar!!!
Besicos de colores
Me encantan las zapatillas